la operación de poda más sencilla consiste en cortar (pellizcar) entre dos dedos el brote terminal de la planta, para favorecer el crecimiento y la florescencia de los otros tallos. Nuevas ramitas y capullos se forman entonces, aprovechando las sustancias nutritivas que por este procedimiento quedan ahora disponibles.
Corten las flores marchitas de sus plantas vivaces, para evitar que se agoten y favorecer el desarrollo de nuevas flores, ofreciéndoles una agradable florescencia de final de temporada. Utilicen unas tijeras de podar, o para trabajar más rápidamente una cizalla.
Tendrán que cortar justo por encima de un nudo o de una yema, los tallos próximos al tronco o a las ramas principales (con las tijeras de podar o la cizalla). La cicatriz tiene que quedar limpia (afinen con la podadera), y se debe untar de alquitrán o de un producto cicatrizante.
jueves, 25 de septiembre de 2008
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